Las calles están llenas de viandantes
parques albergan niños y drogadictos
hombres escriben en los puentes
coches cierran todos los pasos
mendigos siguen en sus esquinas
bares que no cierran pronto
destellos, siempre de ambulancias
los paseos parecen viajes programados
el frío en agosto es extremo
barrios, que en su condición de eternos
parecen un decorado antiquísimo
los hombres, las mujeres, los perros
los cines, las peluquerías
las farolas, los bancos, los gatos
ahí están, pero nada más.
Los autobuses llenos en las paradas
Las fuentes, las risas, los llantos
niños y sus madres, las embarazadas
El río, la lluvia, los días, los patos
abuelillas cuchicheando en las esquinas
abuelos jugando la partida
Los trabajadores y las manías
Los hombres del alma perdida.
Ahí están, pero nada más.
(a esto lo llaman vida)