Todavía

Todavía hay alguien que se sorprende en el interior de las tripas de la ciudad. Todavía hay alguien que se estremece al viajar por el vientre oscuro de una ciudad cualquiera y olvida hablar de tren o de metro para referirse a todos los millones de gusanos luminosos que todos los días y a todas las horas surcan el mar antiguo del estómago del mundo. Todavía hay quien no cierra los ojos, no duerme, no se deja invadir por el hastío habitual del vagón. Todavía hay viajeros alegres que ríen y bailan y se saben disfrutar de la magia de un viaje intersticial. Todavía hay niños y poetas entre los viajeros de este gusano mágico. Todavía hay tranvías alegres en el mundo que bailan en las calles escarpadas o huyen por las cuevas de antiguos animales. Todavía (el eufemismo más burdo de la esperanza)

Lisboa, 8 de Noviembre de 2007

(publicado en Cuaderno alfacinha)