Salió tu tren 
puntual , hiriente 
frío metálico el del andén 
lleno de gente 
 
de maletas 
de despedidas 
 
Salió y saliste
y empezó a llover
a diluviar agua triste
 
Por los cristales grandes gotas
por mis manos tu olor reciente
mi cama huérfana
 
Mi piel sin la tuya
mi cabeza sin tus almohadas
mis manos sin tu ropa
 
y estos malditos cajones otra vez vacíos.
